Es un verdadero oasis en medio de la campaña sanducera que le abre sus brazos para recibirle cordialmente, en medio de un paisaje salpicado de palmeras "Yatay" que aportan al mismo una nota exótica.
Como si algo faltara -además de los increíbles paisajes, el aire puro y la tranquilidad- para hacer de éste un lugar de ensueño, la naturaleza lo ha dotado de aguas termales, que son extraídas de las entrañas de la tierra, desde una profundidad de 1295 metros.